Que invicta alborada
cuajada de rumbos.
Que soberbio matiz
reírse del príncipe de los narcisos.
La aventura parte de un lugar sombrío
se abre paso inevitablemente
en la soledad de los malditos;
no todos tienen miedo
sólo algunos se inmolan con su propia envidia
sólo algunos se mantienen rabiosos e inoperantes
la mayoría, se duermen en el útero de su fatiga.
Elías Soy
siempre mejor recitado de tu viva voz y con esa música de fondo que tan bien sabes elegir...besos
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