Estuvo por siempre apegado a la verdad.
Existe un estado de gracia que permanece inmutable y recuerda a algo parecido a la paciencia, algo que de manera inconsciente se manifiesta. Los religiosos lo llaman FE.
Los principios de la gente bondadosa, salvan incluso a los que no profesan la única forma de vida, la honestidad.
Por eso, al llegar la tarde, cuando ella vio brillar en su mejilla el sendero marcado por unas cuantas lágrimas, tembló pensando que le había perdido. Pero él lloraba de gozo, sabía una vez más, que mientras que todos le habían tachado de inoperante, cobarde y loco, su alma sostuvo por siempre la certeza de la victoria.
No existen vencedores ni vencidos, tan solo miedos que ponen nerviosos a los desvalidos.
Las batallas no son más que un mal necesario que nos recuerdan el único camino a la pureza.
Elías Soy
Hala, ¡que también eres bloguero! Muy bonito y muy tuyo (nunca mejor dicho)
ResponderEliminarHablando de miedos, yo soy de las que le entra el miedo, pero nunca me quedo en un rincón esperando a que se vaya... lo espanto!
Un besín
Mary
Gracias Mariquilla, eres un sol.
ResponderEliminarQue bueno haber inagurando el año en una reunión tan amena. Gracias por dedicarme unas palabras. Te mando un beso y te deseo lo mejor no sólo para éste año, si no para toda la vida.