jueves, 19 de febrero de 2009

Verosimilitud

No quise, ni por asomo, mostrarme presuroso, sólo vibré al ritmo que me marcaron tus ojos, tu sonrisa y esa destreza con la que abriste tantas ventanas que desconocía de mi persona.
Cuanta felicidad, cuanta irrisoria armonía…. “¡¡no quiero ser sensata!!”, me gritaste; y estremecido el aliento, solté las riendas, porque el prado que sostenía nuestro encuentro era vasto e inofensivo. Ingenuos por 15 días… que inmenso regalo del universo: ingenuos, chiquillos y duendes del amor; eso para mí fuimos. Todo ese cosquilleo no hace más que confirmarme, lo poderoso que podemos llegar a ser, si nos damos la oportunidad de ser salvajes animales del placer.
A pesar del vértigo, una pizca de valentía, un desplante al vacío.


Elías Soy