lunes, 14 de septiembre de 2009

El Corazón de las cosas

….en algún momento, debí asumir mi soledad, no sé decir cuándo.
No es terrible esto que digo, de verdad, es reconfortante, es un salto al poder, una manera de respirarse, una forma de mirarse en los otros sin dejar de ser uno.
A veces una sublime emoción me embarga, proveniente de la nada. En sus primeras manifestaciones , he de confesar que incluso asustaba; pero va seguida de la tranquila ausencia de necesidad, ¡¡SÍ!!, no necesitar NADA.
Es un placer curioso. quedarse vacuo de aspiraciones, dejar que descansen tus sueños macerando en la realidad de la que te ausentas.
Tu cara se transforma en escafandra, el aire en agua, y los objetos cotidianos efímeros se vuelven.
Es el gozo del vínculo; estar solo, es sentirse todo, es vivir la certeza.
Si vosotros los humanos supierais, la inmensa suerte que tenéis de formar parte de esta danza de sensaciones, del arrebato que supone el albedrío en el que suspendidos vagáis; la materia estaría al servicio de vuestra existencia, y convencidos de que sin tiempo ni forma la vida se te presenta desnuda;
lágrimas honestas rodarían por mejillas perfectas rumbo al corazón de las cosas.



Elías Soy

jueves, 10 de septiembre de 2009

Pareciera ser que insisto, pero nada más lejos de mi intención. Sólo hago lectura humilde de lo que en mis entrañas se asienta con agradable armonía. No me aferro, sólo recurro al gozo que me provoca el recuerdo de lo que se sostuvo como un sueño, que no se hizo dogma. No más me reservo alegría al pensarlo, y he de aclarar que , en ningún momento apareció disfrazado de expectativa.
Pura vivencia gerundia, respirando sonrisas me sorprendí cada día. Quizá el análisis racional de los primeros instantes, me hizo colocar un telón de pesado pánico. Mi mente jugaba a empujar la imaginación al la luz de la realidad; a la forma, al verbo, a la sentencia que te hace pensar que es tu última oportunidad. Pero esto es así, cuando dudas del perfecto engranaje que soporta el universo, la misma prueba con diferente escenario, se te presenta.
He llegado a una conclusión; el intervalo de tiempo que tardo en volver a cuestionarme el perfecto transcurrir de los acontecimiento, es baremo que evalúa en que estado se encuentra el sendero que he elegido para ir viviendo.
No aspiro a eliminar ninguna de mis sensaciones, intento vivir en ese fluir sin despreciar experiencia alguna, porque incluso esta exposición que plasmo en este instante, se adivina pieza inevitable del equilibrio en el que hace tiempo deposité mi fe.