Venía siendo perfecto
imaginar que te tendría un día brillando ante mí.
Y a las siete y veintitrés de un domingo certero
como marcando pista de aterrizaje;
se iluminó un sendero
para este pez soñador
que anda rondando castillos en el aire.
Sí , ¿qué pasa?
soy un I-Luso, me hallo mucho más allá
alemtado por coincidencias, revelaciones,
rúculas y girasoles.
Compartiendo chocolates
códigos, fríos y compases.
Amanecí temeroso;
una duda me asaltó:
¿se dejará de vez en cuando abrazar esta estrella?
Me sorprendí sonriendo
cuando su vespertina ventana se abrió ante mí
y me sentí pleno recordando su gerundia mirada.
Gracias, una y mil veces gracias.
Elías Soy
me alegro de leerte de nuevo, guapetón! hacía ya tiempo que no te veía rondar por aquí... por cierto, esto me suena a novedad interesante! precioso, como siempre, porque tú nunca defraudas... un beso enorme!
ResponderEliminar¡Uauh!
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