…. a pesar de todo, decidí quererte.
a pesar de saber que la inmensidad de nuestro amor nunca llegaría ni al rescoldo de su esplendor. Aún sabiendo que tu ausencia era la única piel que dormiría junto a mis púrpuras madrugadas, sintiendo que tu voz nunca estaría del todo al servicio de tu corazón; porque la vida pesa y pasa, y a pesar de este rumor de amor, las cosas cuentan más que las personas. La cárcel de la carne ejecuta bien la sentencia que la moral puso al deseo.
Preso de mi voluntad, me regocijo en mi condena, amándote , sedando mi libertad para no fugarme de estos muros que edifican el placer de sentir que mi sino es tenerte en lo divino, sufrirte en lo humano y gozarte en la eternidad.